ARTÍCULO INVITADO
Por Amaurys Pérez Vargas
En su documental Bosch: Presidente en la frontera imperial, René Fortunato nos señala que la noche del 24 de septiembre de 1963, en el Palacio Nacional se encontraban los coroneles Luther Fritz Long y Bevan G. Cass, quienes “sostenían estrechas relaciones con los altos jefes militares dominicanos”. El laureado cineasta establece en el relato de su documental que “tras ejecutar el golpe de Estado contra la democracia dominicana, los militares dominicanos publicaron un manifiesto donde anunciaron la anulación de la constitución de 1963, la disolución del Congreso de la República y la ilegalidad de las organizaciones comunistas”. De inmediato declararon el estado de sitio e iniciaron el apresamiento de todos los dirigentes políticos que respaldaban el gobierno constitucional”. Importante es señalar que el registro gráfico existente sobre la represión que siguió al cuartelazo dado por los militares dominicanos es tan abundante que Fortunato dura más de un minuto del rodaje mostrando con fílmicas y fotografías que dan cuenta de los niveles de violencia que se ejercieron en las calles y los campos del país para aplacar la resistencia.
Ciertamente, los niveles de violencia ejercidos por el denominado “triunvirato”, gobierno de facto presidido por Emilio de los Santos, Ramón Tapia Espinal y Manuel Enrique Tavares Espaillat, no fueron comparables a lo sucedido en Chile después del golpe de Pinochet contra el gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende. No obstante, tal como se consigna en el telegrama de la CIA que publicamos la semana pasada, los golpistas actuaron con el temor de que en el país se produjese “un baño de sangre como resultado del golpe”. De allí que se impusieran una serie de medidas, comenzando por decretar un “toque de queda” que les permitiera a los guardias actuar, saltándose las normas consignadas en un Estado de derecho, abriendo paso a un régimen de impunidad para cumplir con sus objetivos. En el cronológico de oficios de la Secretaría de Estado de la presidencia (agosto – diciembre 1963) publicado por el Archivo General de la Nación en el 2020 y compilado por el historiador Eliades Acosta Matos se puede visualizar una mínima parte de las acciones que se implementaron para prevenir un contragolpe. En efecto, el primer documento registrado, bajo el número 171, fechado 26 de septiembre de 1963, se le concede “la autorización de retención de fondos a favor de la Secretaría de Estado de las Fuerzas Armadas” a los fines de “pagar durante los meses restantes del año el personal de la Dirección General de los Departamentos «Fábrica de Armas y Fábrica Química».
Estableciendo una clasificación de la documentación, veamos algunas de las acciones que se desplegaron hasta el 27 de noviembre de 1963 desde el punto de vista militar. En el plano de la represión tenemos el documento #173, con una “Comunicación de Fabio al secretario de Interior y Policía proclamando el estado de sitio en toda la república” y el #241, donde se indica que el “Triunvirato suspende el derecho de reunión y de asociación consagrado en la Constitución”. El #290 señala que el “Triunvirato dispone el castigo con prisión y multa, a quienes violen las disposiciones que prohíben la entrada al país de personas que figuren en listas notificadas”. A nivel de recursos económicos, en el # 222 se lee que el “Triunvirato autoriza apropiación de fondos a favor de la Policía Nacional para la compra de equipos de comunicación radiofónica”. Asimismo, el # 223 consigna que el “Triunvirato autoriza apropiación de fondos a favor de la Policía Nacional, para cubrir «especialismos» de la fuerza de choque policial (cascos blancos)”.
En el #248 se señala que el “Triunvirato autoriza fondos para el abastecimiento de la Policía Nacional”. Un pago que no puede pasar desapercibido se registra en el #256, donde se señala que el “Triunvirato autoriza efectuar avance al Fondo Común de la AID”, el cual tenía un monto superior a los RD$850,000 pesos. Según el #266, el “Triunvirato autoriza fondos a favor de la Policía Nacional, a fin de pagar el transporte de Washington a Miami de pertrechos para uso oficial de esa institución”. En el siguiente documento # 267 se aprecia cómo el “Triunvirato autoriza fondos para la compra de un carro lanza agua, para servicios policiales”. Dos días después, el 15 de noviembre de 1963, el “Triunvirato autoriza la apertura de una carta de crédito a favor de la firma Trans-Florida Aviation, Inc., para la reparación de los aviones P-51 de la Fuerza Aérea Dominicana”. Un curioso documento es el #283, del 23 de noviembre de 1963, donde el “Triunvirato autoriza fondos para la creación de especialísimos para oficiales y alistados de las Fuerzas Armadas”, entregando RD$40.00 para cada uno de los Oficiales, durante 2 meses y RD$ 20.00 pesos por alistados, según se indica por “Servicios Personales no Prestados”.
Entre las cancelaciones, separaciones, pasos a la reserva y puestas en retiro de las filas castrenses se mencionan oficiales de todas las ramas de las fuerzas armadas y de los organismos de seguridad del Estado. Marina de Guerra: alférez de fragata, Martín Nicolás Facundo Melo; capitanes de navío y de fragata, Fermín Emilio Martínez Velázquez y Miguel Alcides Cintrón Romero. Fuerza Aérea Dominicana: teniente coronel, José Nelton González Pomares, capitán dermatólogo, Dr. Mario Horacio Fernández Henríquez; capitán Rafael Armando Quiroz Pérez, cadete de segundo año, Diego Ignacio Muñoz y Reyes. Ejército Nacional: segundo teniente Domingo Antonio Mones Rosario y primer teniente, Manuel Bienvenido Méndez Martínez. Policía Nacional, coroneles Raúl Alfredo Valdez Montás, Jesús Arístides Martínez; capitán, Juan Gil Vásquez; mayor Guillermo Rivera Fernández; segundo teniente Julián Almonte Sánchez, Primeros Tenientes Julio Israel Chestaro Santos y Héctor Vinicio Marchena Goico. Se sabe que el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez fue enviado a Chile y España como agregado militar y los oficiales que se le vincularon para defender el gobierno también fueron puestos en retiro. Otro núcleo importante fue removido y en los cuarteles de la capital y el interior se asignaron oficiales vinculados al golpe, los cuales incluso se mantuvieron fieles a las fuerzas del CEFA de la Fuerza Aérea, después del levantamiento militar del 24 de abril de 1965.
Reproducido de hoy.com.do