El reto de la sociedad dominicana de hoy es continuar avanzando, a pesar del triunfo reeleccionista del presidente Luis Abinader y su Partido Revolucionario Moderno. Con prácticamente el 100% de votos computados, el mandatario tiene alrededor de dos millones y medio de sufragios, para el 57% de los votos emitidos.
Su más cercano contendiente, Leonel Fernández, candidato de la Fuerza del Pueblo, rondaba alrededor de la mitad de la primera cifra, con algo más de un millón 250 mil votos para un 29% de los sufragios. Abel Martínez, del PLD, no llegaba ni al medio millón de votos, para apenas superar el 10%. Los otros partidos, de izquierda y derecha, lograron muy pocos votos, por lo cual cuentan poco en el actual escenario electoral.
El reelecto presidente Abinader habló en la misma noche del domingo de una posible reforma a la Constitución. El Gobierno ya había presentado, en la comisión de reforma constitucional encabezada por el consultor jurídico de la presidencia, Antoliano Peralta, un proyecto de cambios constitucionales muy superficiales.
Otra modificación a la Carta Magna dominicana solo tiene sentido si es para iniciar un proceso de redistribución de las riquezas y de superación del autoritarismo, es decir, reducir sustancialmente las atribuciones del primer mandatario, comenzando por quitar al Poder Ejecutivo la elaboración del Presupuesto del Estado. Además de prohibir la reelección consecutiva, que siempre ha sido dañina para la sociedad, en general.
Veremos si este Gobierno se atreve a tanto, que sería actualizar la Constitución de 1963, no un compendio de ideas consideradas radicales que asustarían a esa dirigencia conservadora y a la de los principales opositores.
